lunes, marzo 10, 2008

“Mon petite” .

Se llama Clara y lo supe porque aquí en la Clínica, todas las enfermeras le llaman Clara Mújica, como si fuera soltera, sin hijos, sin nietos, sin presente. Yo estoy cuidando a Clara y no le he dicho que soy su hija presente, sino su hija del pasado.

La de 14 años, cuando fuimos por primera y última vez juntas al cine, a ver Fiebre del Sábado por la noche. Porque yo insistí tanto en querer ver a Travolta moviendo las caderas. Ella salio escandalizada de la película, sobre todo por la escena donde hacen el amor en el asiento de atrás del carro.

Desde entonces no tenemos nada que contarnos, mucho menos que le falsificaba la firma en la boleta cuando me aplazaban alguna materia.

Sentadas ahora de nuevo juntas, el viento frío del silencio nos entra por la ventana de la habitación, me duele saber que nunca supe quien era Clara, ni ella quien era yo, donde estábamos, ni como encontrarnos.

Pablo me dice que es un trabajon esclavizante eso de que yo trate de inventarle a su manera de ella “la vida es bella” a quien nunca quiso ver lo realmente bella que era su vida cotidiana. Le he contado a Pablo que además me robe un libro de la biblioteca sobre la vida de Toulouse Lautrec , lo cual le abría escandalizado mas, saber que a mi me gustaba mucho, un enano pintor de los cabarets y los burdeles de París,

Entonces me cautivo el amor de la madre de Toulouse . Ella le decía: “Mon petite” .

Pablo me abraza y mi rostro le llega tan solo a la mitad de su pecho. Me dice- Enana, enana, enana. Para hacerme enojar. Y a mi eso me parece tan dulce de su parte.

He pensado mucho en la muerte últimamente. Alguien me ha pasado un mene, sobre escribir 8 cosas que me gustaría hacer antes de morir. Por suerte, no he podido anotar ninguna.

Me ha dado tanta ilusión pensar que ya he hecho todo lo que he querido hacer hasta hoy. Lo que deje de hacer, obviamente no lo quería hacer, sino ya hace tiempo que lo abría hecho. Lo demás son excusas.

La nota fue sentir que voy poniéndome al día, incluso con lo más grande y pesado como los elefantes y las ballenas Orcas. Con los peligrosos y salvajes como los Leones y Serpientes venenosas. Les voy abriendo las jaulas y les digo- Salgan, Salgan!!! Vallan a vivir, son libres.

Me encanta la sensación de no ser dueña de nada.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

cuanto lo siento Carola..
Isa

alicia dijo...

pero veo que lo estas tomando con entereza.
besos y apoyo
Isabell

Maria D. Torres dijo...

está muy mal tu mamá? Espero que todo salga bien

Ophir Alviárez dijo...

Espero llegar a ese estado de evolución, necesito más "clasecitas" de las que me has enviado, pls..

Voy a Vzla, lero, lero...

Abrazo que alcance.

OA

Leonardo Melero dijo...

Te estoy acompañando!
Un beso.
Leonardo

Jo dijo...

Bueno! Ya estamos en una jaula. uno mismo la construye, y en ella se sigue se vaya a donde se vaya porque no importa a donde se huya o como se esconda siempre se acaba tropezando con uno mismo la cuestión es tratar de liberarse
no obstante, siempre puede uno refugiarse en la poesía, hacer migas con el océano, escuchar su propia voz, continuar creyendo en los misterios de la naturaleza observar el cielo azul sin pensar en la capa de ozono ... y en esos problemas que siempre son enanos.