sábado, mayo 17, 2008


La humedad hoy tiene hilos finos y transparentes entre la piel tibia y perfumada de mi cuerpo. Abrir labios y recintos, de los que se compone el orgasmo cósmico, piel adentro, muy adentro la textura breve de los dedos. Y ya entonces se me vienen encima los latidos. Suaves bordes rotulando tu nombre, Recuperar gemidos olvidados, despertar placeres ahogados. Suavemente, de cuando en cuando, un cosquilleo que termina en corrientazo. Esta noche distingo claramente las dos rectas paralelas y sus curvas iguales, la línea de salida con la cuadrícula numerada, el césped del centro entre mis piernas. No hay corredores cruzando la meta con los dorsales caídos. La pista vacía. Cuando estoy por escuchar la señal de salida, todo va a cámara lenta y el sexo es como en el espacio, flotando como los astronautas en los cohetes de la Nasa. Sin peso, sin tiempo, sin referencias..Ya no se donde es allá y donde acá. Donde poner mis ojos amontonados en los pensamientos tenues de mi respiración entrecortada.

1 comentario:

Leonardo Melero dijo...

Una foto sublime y una narrativa exquisita.
Un beso.
Leonardo.