"Dentro de mí palpita una violenta
voluntad de creación, un cavernario,
casi bárbaro hacer, una herramienta
que forja lirios, un afán agrario,
una embestida matinal que aventa
brillos más hondos que el abecedario."
(Sonetos del origen, 6)
Ida Granko
Luís Alberto , Guillermo y Andrés, me invitaron a continuar la noche en una tertulia en casa de Faver y su esposa Maria para compartir con el maestro José Antonio Escalona Escalona. quien a sus 91 años y con una mirada picara, me cuenta la historia de la 7ma Carolina y este poema.
"¡Este río ha muerto de abandono!"
Lo dejaron morir
los mismos hombres que se fueron
tras las voces
—ilusorias—
de aquellas sirenas negras
salidas del fondo
de nuestro soterrado
mar de petrodólares.
Este río ha muerto
y con su muerte
mi campesino corazón se siente
–¡por segunda vez!--
huérfano de padre.
Ahora sólo habita
en sus márgenes borrosas
la soledad.
Y el viento.
Jose Antonio Escalona Escalona
Faver Paez, Maria, Caro y el maestro Escalona
Maria me ofreció Te de hierbas, me gusto sobre todo que no había lugar para sentarse pues todo el departamento estaba atiborrado de libros. me acomode por allí, en un rinconcito tan solo para escuchar. El maestro José Joaquín Burgos, nos leyó unos bellísimos poemas inéditos de Maria y ella sonrojada no salía de la cocina.
Tócame el cuerpo
en la mañana
y sabrás
cuánto pesa
una noche
la muerte
debe pesar
como un millón
de noches juntas
(Faver Páez: "Para no morir del todo", 2000)
A mi me gusta darle a los textos un ritmo mío, hecho de las pausas, la pronunciación justa, los silencios en los que miro a la nada. Sí, es un acto bello, todo una ceremonia. Suelo leerme en voz alta a mi misma, o para dormir a mis hijos.
Luís Alberto me llevo hasta mi casa, preguntándome cosas, no nos veíamos hace muchos años. hemos cambiado. Todo a cambiado pero aun recuerdo antes de bajarme del carro su poema:
ríos
mi infancia saltaba de piedra en piedra
las ágiles corrientes del pueblo
así ha ido mi vida desde entonces
resbalando cayendo saltando de nuevo
ahora que atónito contemplo
los cauces secos de tantos ríos
saltar o caer ya no tiene importancia
Luis Alberto Angulo
Y me repito mientras subo en el ascensor mirando las llaves..realmente saltar o caer ya no tiene importancia.
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