martes, abril 06, 2010

Desde mi ventana en Husum Alemania

Ya estamos de vuelta, llegue a la ultima estación sintiéndome como una maleta que tiraban de vagón en vagón, después de tanto desear viajar en tren, 18 horas de viaje desde Husum fue agotador para mi. Con esto aprendí que hay que tener cuidado de no desear un deseo tan intenso porque se cumple todito en un día. Tomamos muchas fotografías, pero la que mas evoca mis sentimientos sobre este viaje es esta ventana, donde me senté a mirar el jardín de la casa de klaus, pensando en si yo viviera aquí, en 1775, de seguro este seria mi salon preferido, para tomar el te, para escribir, para contemplar, para imaginar como Theodror Storm una historia que contar.

En cuatro páginas, Theodor Storm cuenta la historia de un niño llamado Häwelmann quien una noche no podía dormir y entabla una conversación con la luna que lo mira a través de la ventana, mientras la madre de nuestro pequeño héroe duerme ya como una piedra.

"Es war ainmal ein kleiner Junge, der hieß Häwelmann. Des Nachts schlief er in einem Rollenbett und auch des Nachmittasg, wenn er müde war; wenn er aber nicht müde war, so mußte seine Mutter ihn darin in der Stube umherfahren, und davon konnte er nie genung bekommen"

Häwelmann desea seguir moviéndose a través de su cama columpio, el cual hasta hace un rato empujaba su madre y que se ha quedado detenido porque ella se ha dormido.
Entonces la luna entra en el cuento y tras los ruegos de Häwelmann lo saca, a través de uno de sus hilos de luz, de su casa y el chico recorre la ciudad a través de la noche.
Las calles están vacías y Häwelmann pregunta ¿dónde está la gente?. Duermen, responde la luna. Lo mismo pasa en el bosque, donde no hay ni liebres ni venados.

Im Walde war es still und einsam; die Tiere waren nicht zu sehen; weder die Hirsche noch die Hasen, auch nicht die kleinen Mäuse. So fuhren sie immer weiter, durch Tannen- und Buchenwälder, bergauf und bergab. Der gute Mond ging nebenher und leuchtete in alle Büsche; aber die Tiere waren nicht zu sehen

De pronto, en la oscuridad, Häwelmann se encuentra con un pequeño gato que salta de árbol en árbol y le pregunta: ¿donde están los animales?. Duermen, ¿no escuchas como roncan?, le contesta el pequeño gato.

Häwelmann es tan inquieto que hace que la luna maniobre por ángulos desconocidos hasta que deja de alumbrar y todo se hace obscuro. Sin embargo, ante tanta obscuridad, Häwelmann ve una pequeña luz que sale a lo lejos y cree que la luna ha vuelto, pero es el sol que sale del mar con el día y que le dice que si no hubiera llegado a tiempo "te hubieras ahogado en el mar".

La historia es hermosísima, Theodor Storm me ha alegrado este lunes en que ya estoy en casa llena de recuerdos, ayer fue el cumpleanos 14 de mi hijo Juan de Dios...quien aun duerme porque esta de vacaciones..y a quien le dedico esta historia para cuando regrese de sus suenos.

1 comentario:

Ophir Alviárez dijo...

Qué hermosa historia, Caro, graciass¡¡

Besos y qué sigan los viajes,

Ophir