martes, febrero 10, 2009


El porvenir es tan irrevocable
Como el rígido ayer.
No hay una cosa
Que no sea una letra silenciosa
De la eterna escritura indescifrable
Cuyo libro es el tiempo.
Quien se aleja
De su casa ya ha vuelto.
Nuestra vida
Es la senda futura y recorrida.
El rigor ha tejido la madeja.
No te arredres.
La ergástula es oscura,
La firme trama es de incesante hierro,
Pero en algún recodo de tu encierro
Puede haber una luz, una hendidura.
El camino es fatal como la flecha.
Pero en las grietas está Dios, que acecha.

Jorge Luis Borges

1 comentario:

Ophir Alviárez dijo...

Está Dios entre las grietas? Quién supiera....

Un beso, amiga.

OA