ella
me trae el café
a mí me gusta
un poco fuerte y negro
ella
se levanta y deja en un olvido
la taza sobre la mesa
nunca he querido hablarle
más de mí
pero en la taza
de reojo la vi
lenta y hermosa
ruego para esta mujer
tenerla fuera
de mi mezquina forma
de tratar la bondad del campo
con los ojos cerrados.
Reynaldo Perez So
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