martes, enero 23, 2007

Una mujer puede vivir con tan poco, si aparta las apariencias que alejan los sueños quedándose muda y tan natural. Puede vivir de mirarse reflejada en los ojos de sus hijos, de su hombre, incluso de si misma. Recogiendo cosas contra las luces y en secreto. Mastica lentamente sus pensamientos y no permite que palabras se disfracen de serpientes. Es tan feliz con tan poco que el mundo se le hace grande y los placeres desbordados. A veces es solo una Mariposa a quien el amor le encaja perfecto allí entre sus piernas, en su boca,en su corazón. Una mujer que nada pide llueve a cantaros por dentro con rayos y centellas, abriendo ventanas y tirando puertas. Se pierde, siempre se pierde en historias no contadas, en oraciones repetidas. Nunca regresa o ya no es la misma. Y todo sucede tan maravillosamente lento. El agradecimiento por el olor del hombre sobre su piel. Una parte de ella mas grande que la promesa. Y esta bien así, ella puede con los cantos, con el latido saliéndosele del pecho, con su oído pegado a los sonidos del mar furioso. Con la respiración que revienta contra su rostro. Con el susurro de un día cualquiera, cuando menos te lo esperas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bienvenida,esperaba desde hace tiempo que nos contaras mas historias.
un blogero admirador secreto.